escritora, periodista y crítica literaria

De noche llegan

Con reso­nan­cias glo­rio­sas y trá­gi­cas de los hechos del movi­mien­to zapa­tis­ta, De noche lle­gan tie­ne la fuer­za de las nove­las que hacen his­to­ria. Atra­pa­dos en una sel­va tan mis­te­rio­sa como las som­bras que apa­re­cen por las noches, Tim y Frank des­cu­bren los mati­ces que, en la dis­tan­cia, creían enten­der. El cla­mor de la natu­ra­le­za en medio del silen­cio de los hom­bres los enfren­ta a sus pro­pios con­flic­tos y los lle­va hacia una mujer. Ceci­lia Urbi­na uti­li­za crea un ambien­te de fuer­te ten­sión entre­cor­ta­da por los recuer­dos del mun­do externo tan lejano. Sobre esta nove­la afir­ma la escri­to­ra mexi­ca­na Susa­na Cor­cue­ra «sus per­so­na­jes se inter­nan en la fan­ta­sía como adic­tos ávi­dos de aven­tu­ras impo­si­bles de alcan­zar en una sola vida. A tra­vés de la fic­ción cono­cen dis­tin­tas for­mas de acer­car­se al mun­do, apren­den a dis­cu­tir, disien­ten, nego­cian, acuer­dan.» Dou­glas J. Weather­ford, des­ta­ca la obse­sión de Ceci­lia Urbi­na por la sel­va y las biblio­te­cas. Natu­ra­le­za y libros son las puer­tas por don­de los per­so­na­jes de Urbi­na des­cu­bren otros mun­dos.

Revo­lu­ción, amor, terror, otras vidas posi­bles, son temas que des­ti­lan este tex­to magis­tral de Ceci­lia Urbi­na que nos recuer­da que hemos de luchar por vivir nues­tra pro­pia vida, no las vidas que nos impo­nen.

 


 

Atra­pa­dos en una sel­va tan mis­te­rio­sa como las som­bras que apa­re­cen por las noches, Tim y Frank des­cu­bren los mati­ces que, a la dis­tan­cia, creían enten­der. El cla­mor de la natu­ra­le­za en medio del silen­cio de los hom­bres los enfren­ta a sus pro­pios con­flic­tos y los lle­va a la mujer que los reu­nió. Voces amor­ti­gua­das por una vege­ta­ción lle­na de vida, la cons­tan­te ame­na­za de armas detrás de los arbus­tos, ausen­cia de nom­bres, estos son algu­nos ele­men­tos que Ceci­lia Urbi­na uti­li­za para crear una ten­sión entre­cor­ta­da por recuer­dos del mun­do externo… tan lejano.

En el ani­ver­sa­rio núme­ro quin­ce del ini­cio del movi­mien­to zapa­tis­ta, De noche lle­gan sigue tenien­do la fuer­za de las nove­las que hacen his­to­ria.

Susa­na Cor­cue­ra
Escri­to­ra


El des­cen­so a los hoyos negros.. pero ¿cuán­tos mun­dos pue­den caer- den­tro de los “hoyos ver­des”, como Ceci­lia Urbi­na des­cri­be la den­si­dad sel­vá­ti­ca de su nove­la? De noche lle­gan se aso­ma, a tra­vés del enra­ma­do del tex­to, a ese espa­cio don­de el azar de cita a los per­so­na­jes. Se tra­ta de la zona de Las Caña­das en Chia­pas, que aquí es vis­ta e inter­pre­ta­da por dos pares de ojos extran­je­ros. Con­mi­na­dos a des­po­jar­se de sus len­tes cita­di­nos, de su cul­tu­ra aje­na, un joven y un hom­bre madu­ro ingre­san en la pro­fun­di­dad de un uni­ver­so difí­cil, aca­so impo­si­ble, de ser com­pren­di­do cabal­men­te. De noche lle­gan abor­da un momen­to que segui­mos vivien­do, muy lejos aún de haber sido resuel­to. Y, ahí, en la espe­su­ra, los per­so­na­jes se ven a mer­ced, de su suer­te, de la fra­ter­ni­dad, del cues­tio­na­mien­to de los valo­res esen­cia­les del hom­bre. ¿Cuán­tas esca­las habrá que des­cen­der para tocar sue­lo? ¿Cuán­tas capas de his­to­ria, de len­guas, de cos­tum­bres median entre quie­nes habi­tan en la sel­va y quie­nes caen en ella? ¿Es que exis­te el retorno?

Ali­ne Pet­ters­son