escritora, periodista y crítica literaria

Un martes como hoy

El Grand Hotel de Ang­kor es el esce­na­rio don­de Már­ga­ra y su her­ma­na Cami­la entran en con­tac­to con David Mas­ters-Itur­be. Mexi­cano como ellas, elíp­ti­co y extra­va­gan­te, David cono­ce Cam­bo­ya como nadie; posee un víncu­lo inson­da­ble con ese país que aho­ra trans­for­ma­rá en sitio de pere­gri­na­ción hacia el pasa­do, el mis­te­rio y lo intan­gi­ble. Si duran­te el día los rela­tos se des­lin­dan de las rui­nas y ves­ti­gios de la anti­gua civi­li­za­ción khmer, las noches darán lugar a una ges­ta sub­ya­cen­te: emu­lan­do a los via­je­ros que par­tían hacia Can­ter­bury, Már­ga­ra, Cami­la y David arti­cu­lan dis­tin­tas ver­sio­nes de la leyen­da de su bisa­bue­la y su aman­te per­di­do para siem­pre en algún pun­to del lejano oes­te o del inase­qui­ble por­fi­ria­to. Un mar­tes como hoy es la his­to­ria de un encuen­tro sig­na­do por amo­res qui­mé­ri­cos y refe­ren­cias polí­ti­cas y lite­ra­rias; una super­po­si­ción de reali­da­des en la que con­vi­ven el hechi­zo de un pre­sen­te que se bifur­ca en infi­ni­tas direc­cio­nes tem­po­ra­les y la magia dolo­ro­sa de Asia. La tra­ma se teje a par­tir de un sus­pen­so fun­da­do en el carác­ter elu­si­vo de unos per­so­na­jes que huyen del com­pás coti­diano para sumer­gir­se en una aven­tu­ra inex­tri­ca­ble.